Actualmente, existen diversos recursos capaces de fomentar espacios de trabajo productivos. La teoría del "flow" es un ejemplo.

¿Qué entendemos por "flow"?

Aunque está palabra puede trasladarnos a un contexto musical originario en las calles del Bronx de 1970, esté término esconde más secretos.

En el ámbito laboral, el concepto "flow" tiene su origen en el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, y su libro "Flow: The Psychology of Optimal Experience" (‘Flujo: La psicología de la experiencia óptima’). En esta obra, su autor nombraba diversos factores que propiciaban este "flujo”, un estado mental donde la persona está en una situación de concentración y alto rendimiento, obviando distracciones y ejecutando de forma natural y satisfactoria su trabajo.

En RRHH, la satisfacción y el bienestar laboral de las personas son fundamentales para garantizar un entorno de trabajo adecuado. De aquí, que este concepto adquiera gran protagonismo. La inclusión de este fenómeno puede favorecer un cambio positivo, por lo tanto, fomentarlo puede ser primordial.

¿Qué beneficios aporta el “Flow”?

Veamos a continuación algunos beneficios de incluirlo dentro de la estrategia de cualquier empresa y departamento de RRHH:

Eficiencia

Una persona que trabaja en "flow" es capaz de completar las tareas con mayor agilidad y precisión, gracias a un estado de máxima concentración.

Innovación

Con un mayor desempeño puede aumentar la creatividad, la motivación y el compromiso, dando lugar a un espacio donde la innovación puede aportar nuevas estrategias y metodologías para mejorar los servicios o productos de la empresa.

Satisfacción laboral

Crear mayor interés por la actividad que se realiza, puede traducirse en una satisfacción con su trabajo. Esto puede ayudar a reducir la rotación de personal y retener talento.

Trabajo en equipo

Cuando varias personas coinciden en alcanzar este "flow" es posible crear un entorno de trabajo donde la colaboración y la comunicación sea más eficiente y dinámica. La motivación juega un papel a favor de un trabajo más fluido y la cooperación contribuye en un mejor desempeño grupal.

Reducción del estrés

El agotamiento mental es uno de los factores que mayor impacto negativo genera en un entorno o grupo de trabajo. La sobrecarga de tareas puede contribuir en la incorporación del estrés en un ambiente laboral. Gracias al "flow" las personas son más productivas, por lo que no se exceden en responsabilidades y la repartición de tareas resulta equitativa y justa.

Aplicar este tipo de teorías que ayudan a incrementar el bienestar del equipo, puede suponer un crecimiento exponencial en productividad y satisfacción laboral. Para ello, es aconsejable también tener en cuenta los siguientes factores:

Objetivos. Una correcta estructura de objetivos permite definir metas claras. La metodología OKR (Objetivos y resultados clave), por ejemplo, ayuda a organizaciones y equipos, tanto a nivel individual como grupal, a diseñar objetivos y hacer un seguimiento de estos.
Entorno de trabajo. Crear un espacio donde sea posible concentrase de forma adecuada es esencial para que la productividad fluya. Tener en cuenta zonas de trabajo adaptadas, áreas donde se priorice el silencio o espacios donde se permita el trabajo colaborativo, pueden ayudar a limitar distracciones y fomentar la creatividad.
Flexibilidad. Aportar autonomía a los/las trabajadores/as les permite tener más control sobre sus tareas. Esto puede reducir su estrés para fomentar el desarrollo del estado de de "flujo".
Feedback. La retroalimentación es un recurso muy eficiente para cualquier empleado/a. Incorporar medidas que sirvan de seguimiento de su trabajo ayuda a evaluar el cumplimiento de los objetivos, conocer sus preocupaciones y necesidades y valorar su desempeño.
Desarrollo continuo. Proporcionar formación ofrece herramientas que puedan beneficiar el estado de “Flow”. Por ejemplo, incluir el "mindfulness" o "la inteligencia emocional", puede ayudar en el control del estrés o la gestión de las emociones para mejorar el bienestar del o la trabajadora.

En definitiva, transformar la cultura organizacional a favor de un flujo de trabajo, enfocado en su capital humano, puede cambiar el rumbo de una empresa. De esta forma, se favorece en la transición del equipo hacia una actitud segura y motivada capaz de impulsar su productividad y garantizar su bienestar.

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Autora: Érika Pérez

Imagen: www.freepik.es

RRHH: un departamento con mucho "flow"