A esto se le suma una saturación de servicios y productos en continua e incesante "lucha" de precios, márgenes de beneficio y afán de posicionamiento. Aún así, la creatividad intenta abrirse paso para permitir un crecimiento sostenible capaz de cumplir con las necesidades del cliente e, igualmente, aportar rentabilidad a las compañías.

Si nos sumergimos en este mar de competencia, podemos diferenciar dos tipos de "océanos": océano rojo y océano azul.

Mientras que un océano rojo nos refiere a un mercado saturado con empresas batallando por un mismo tipo de cliente, un océano azul se centra en un mercado inexplorado y con baja demanda. Con la innovación como eje principal, encontramos un número de profesionales y organizaciones que buscan marcar la diferencia y mostrar la capacidad de transformación del mercado en un nuevo espacio.

¿Cuál es la estrategia del océano azul?

Su enfoque diferencial prioriza los siguientes conceptos:

Crear nueva demanda

La búsqueda de nuevos mercados resulta primordial para ofrecer oportunidades donde antes no las había. Alinear innovación y especialización permite ofrecer un valor diferencial que hace frente a una demanda concreta. Identificar y analizar las necesidades de clientes que aún no han sido tenidos en cuenta en el mercado actual o estudiar el uso del producto o servicio para redefinir su ciclo de vida, puede dar una nueva visión y crear un nuevo nicho de mercado.

Divergencia

Como hemos mencionado, la innovación juega un papel importante en la estrategia del océano azul. Las acciones que permiten separarse de la visión convencional del mercado, dan opción a generar un enfoque divergente que ofrece interesantes y atractivas alternativas a los clientes, e igualmente viables.

Sostenibilidad

Existen conceptos como la economía azul sostenible, que permiten la gestión de estos océanos con el punto de mira en el bienestar de las personas o el cuidado del planeta y sus ecosistemas. El océano azul, estrechamente relacionado con la búsqueda de nuevos mercados, podría encontrar en esta economía azul sostenible una alianza de valor. Ambas intentan enfrentar el futuro priorizando la innovación y la eficiencia. En este sentido, poner como objetivo la creación de negocios más sostenibles puede fomentar esta eficacia y bienestar a largo plazo.

A pesar de las contrapuestas perspectivas de ambos océanos, es posible una conversión. Es decir, en ocasiones un océano azul puede convertirse a un océano rojo cuando reduce su diferenciación y se transforma en un mercado más saturado y competitivo. Por otro lado, un océano rojo puede hacer la transición a un océano azul, a través de la innovación, para desligarse de su actual competencia y crear una nueva demanda.

Elegir una u otra opción depende en gran medida de los recursos y objetivos de cada compañía. Evaluar y considerar las herramientas actuales puede decantar la balanza.

A estos conceptos, hay que añadirle uno de los factores más relevantes: el tipo de consumidor. Este está cambiando y evolucionando a un modelo de consumo donde la consciencia o la digitalización, cada vez más, se incluyen en su perfil. El acceso a la información se vuelve una necesidad para este nuevo público, aumentando su exigencia o su interés por conceptos como la sostenibilidad, la salud o el bienestar. Sus preferencias de compra varían y, dar respuesta a sus preocupaciones o requisitos, se convierte en el mayor desafío. Por lo tanto, tener en cuenta una estrategia enfocada en el océano azul podría contribuir en la generación de un nuevo mercado capaz de crear una experiencia de cliente mejorada y conveniente.

En definitiva, el mercado es amplio y variable y las opciones de beneficio pueden estar al alcance de cualquier negocio. La cuestión es, ¿Hay que dejar que la economía siga siendo la protagonista, o es hora de incorporar nuevos valores que posicionen a las personas y el planeta en el pódium ganador? La respuesta es fácil: el mayor beneficio es garantizar el futuro/a para todos/as.

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Autora: Érika Pérez

Imagen: www.freepik.es

Océano azul vs. océano rojo. ¿Cómo aprovechar un mar de oportunidades?