Dentro de cualquier compañía, la capacidad de comprender el entorno y marco nacional e internacional puede representar un factor determinante para su desarrollo.

En el artículo de hoy, queremos poner el foco de atención en el pensamiento estratégico y global dentro de la empresa, para fomentar una visión amplia que permita promover una cultura corporativa abierta e innovadora. Tener en cuenta estos aspectos, puede mejorar la posición de la marca dentro de la competencia y su resiliencia como organización, así como la atracción de nuevo talento.

Veamos algunos ejemplos para incluir la mentalidad global dentro de la empresa:

Incorporar experiencia internacional

La inclusión de personal, con experiencia fuera del país, permite integrar una base de conocimiento capaz de fomentar la diversidad cultural dentro del equipo y la integración de nuevos modelos de trabajo.

Promoción internacional

A escala interna, fomentar actividades y acciones en el extranjero para el grupo de empleados/a, como giras de negocios, eventos, etc., puede ayudar al equipo en el desarrollo de habilidades y conexiones de valor que contribuyan en la creación de puentes de interés con otras empresas y profesionales.

Grupo directivo internacional

La creación de un grupo responsable de analizar e identificar desafíos y retos internacionales, puede ayudar a definir y profundizar en la consecución de los objetivos globales.

Fomentar el pensamiento sistémico

Adoptar este tipo de mentalidad permite admirar la empresa como un sistema integrado. Fomentar la colaboración entre equipos puede ayudar a identificar las interconexiones entre departamentos, para comprender la relación del conjunto y su capacidad para adaptarse a diferentes contextos y mercados globales.

Creatividad e innovación

La inserción de nuevas perspectivas y culturas permite generar ideas y oportunidades que aporten a la empresa soluciones eficaces para dar respuesta a retos globales.

Desarrollo de talento

Invertir en formación, programas de capacitación y movilidad internacional refuerza la preparación de empleados y empleadas en el desarrollo del liderazgo global, la diversidad cultural o la visión global.

Expandir las operaciones de la empresa y valorar nuevos mercados y culturas, permite a profesionales y negocios crecer y evolucionar de forma unificada, fortaleciendo el compromiso con la organización, a la vez que mejoran su competitividad dentro del marco empresarial internacional.

En este sentido, entre los principales beneficios de insertar una mentalidad global en el conjunto corporativo, destacan:

Una mayor capacidad de adaptabilidad a nuevos entornos y situaciones.
Un entendimiento intercultural que fomenta la diversidad, la inclusión y el respeto.
El incremento de las habilidades como la comunicación, gracias a la interacción entre culturas.
Nuevas perspectivas para identificar e implementar patrones de trabajo adaptados.
Mayor atracción y retención de talento diverso que fomente espacios de trabajo colaborativos.
Mejora de la competitividad empresarial que promueva la inserción en nuevos mercados.

En definitiva, la opción de una visión 360º es esencial para la adaptabilidad de trabajadores/as y empresa a la oferta y la demanda laboral, así como a las tendencias y requisitos del panorama corporativo. Por lo tanto, la transformación y transición a nuevos modelos de negocio resulta, cada vez más, una opción necesaria para aprovechar las oportunidades y la complejidad del nuevo escenario internacional.

Y tú, ¿Cómo profesional consideras una ventaja la incorporación del pensamiento global? Te invitamos a compartir tu experiencia y opinión en los comentarios.

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Autora: Érika Pérez

Imagen: www.freepik.es

Mentalidad global & empresa